Sois muchos los que nos preguntáis acerca del peso de una determinada bicicleta, y no cabe duda de que es una pregunta importante, pero ¿hasta qué punto, una diferencia de un kilo de peso condiciona el rendimiento de un ciclista medio?

Con este post vamos a intentar aclarar este espinoso asunto.

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¿Por qué ahora las bicis pesan lo mismo o un poco más que antes?

No cabe duda de que es una pregunta razonable. Y para responder a esta cuestión es necesario diferenciar entre bicis de carretera y de montaña.

Bicicletas de carretera

En el caso de las bicis de carretera, ahora pesan lo mismo o un poco más porque los discos pesan más que las zapatas, las ruedas de perfil alto (aunque sean del más exclusivo de los carbonos) pesan más que las de perfil bajo (incluso que las de gama alta de aluminio), y porque los grupos electrónicos pesan más que los convencionales.

Sin embargo, cuando un ciclista quiere cambiar de bici, casi seguro que opte por una bici con frenos de disco. Además, en muchos casos querrá llantas de perfil medio de carbono, y es probable que añada el cambio electrónico. Por eso, aunque se haya bajado el peso en algunos componentes, en otros se ha subido, y el conjunto pesa lo mismo o aumenta ligeramente.

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Bicis de montaña

En el caso de las bicis de montaña hay que añadir otros factores, pero el principal es el cambio de rueda. De las viejas 26” a las actuales 29” y, en menor medida 27´5”, hay mucha diferencia de peso. Además, los cuadros son más grandes (para poder albergar ruedas de mayor diámetro) y en los neumáticos el aumento de peso es más que considerable. Teniendo en cuenta que además los neumáticos actuales son también más gruesos, el aumento de peso es de alrededor de un 40 % superior. Eso empleando las mimas calidades y materiales que antaño, de ahí que se hayan inventado los tubeless ready.

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Otro factor que ha intervenido en el peso, es que el gusto de los consumidores ha variado. Se ha producido un cambio de tendencia en el tipo de bici vendida estos últimos años. Hace cinco, seis o siete años, la mayoría de bicis que se vendían eran semirrígidas de 29” y ahora son dobles de 29”. La diferencia entre ambos cuadros oscila entre uno y dos kilos (depende de nuestro presupuesto); mucho peso para que pueda ser compensado con otras tecnologías.

Además, se han implementado otros estándares, el ancho Boost, ejes pasantes traseros, cableado interno con sus correspondientes guías y aislantes, para que no suene cuando vamos por zona con abundantes piedras, u horquillas de mayor longitud y diámetro. Todas estas novedades han supuesto un lógico aumento de peso, pero ha habido un cambio mayor. Las nuevas bicis de montaña de 29” son bicis muchos más rápidas, versátiles y permisivas que las antiguas bicis de 26”.

Un ejemplo que ayude a clarificar el asunto del peso

Para un ciclista de 75 Kg, la diferencia porcentual de llevar una bicicleta de 10 kg y otra de 11,5 kg es pequeña. Supone el 1,73 % respecto al peso del conjunto bicicleta-ciclista. Un valor realmente bajo como para influir en el rendimiento de forma notable.

Ahora hagamos una segunda comparación con dos compañeros de rutas. Uno que pesa 90 Kg, porque es un tipo alto y fuerte, y otro que pesa 65Kg, porque está fino y come como un pollo. Los dos llevan una bicicleta de 10 Kg. ¿Qué diferencia en tanto por ciento tenemos en este caso? La diferencia de peso entre ambos es de un 25%. Un valor muy notable, que en las salidas dominicales —sobre todo en las subidas—, se nota una barbaridad.
Fotografía ejemplo tour de Francia

Cómo influye el peso de una bicicleta en nuestro rendimiento

Nos parece muy interesante el experimento realizado por los compañeros de «Ciclismo y rendimiento». En dicho experimento lastran a varios ciclistas con 1Kg en cualquier parte de la bicicleta a excepción de las ruedas. Luego, realizan varias subidas con la misma intensidad, para comprobar realmente cual es la diferencia.

Es necesario aclarar que el peso del ciclista y de la bici, donde tiene vital importancia es en la subida; máxime en pendientes que superen el 6 o el 7 %.

La prueba se realizó en el madrileño puerto de la Morcuera. El resultado fue que la diferencia de cargar con ese kilo de más supuso una diferencia de 20 segundos. Extrapolando esos resultados a otros puertos conocidos obtendríamos datos muy significativos. En el caso del archiconocido Marie Blanc, la diferencia sería de 25 segundos más. Y en el Portalet, puerto largo donde los haya, hablaríamos de una diferencia de 41 segundos. Eso en una subida de casi 1h30’.

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Cómo afecta el peso a elementos de la bici que se desplazan y no giran

Hay dos tipos de movimientos que afectan a las bicis, uno que es de traslación, y otro de rotación. En este apartado vamos a interesarnos por el primero.

Para eso hay que explicar unas nociones básicas de física.

La energía cinética es la energía necesaria para hacer que un objeto se mueva, y depende de dos factores: de la masa y de la velocidad de ese objeto. A mayor masa mayor esfuerzo para que se mueva, a mayor velocidad también mayor esfuerzo.

En el caso de una bicicleta es igual. La energía que nosotros imprimimos a los pedales y hace que la bicicleta se mueva se denomina energía cinética, y depende de la masa del ciclista y de la bici, y de la velocidad a la que nos movemos.

Si un objeto es movido sin ser girado, (por ejemplo, cuadro, manillar, sillín …) solo existe un tipo de velocidad, la velocidad de traslación. Pero en el caso de que ese cuerpo sea girado además de desplazado (ruedas, bielas, pedales, discos) entonces aparece una segunda velocidad llamada velocidad angular.

Como en este caso solo existe movimiento de traslación, da igual en qué piezas de las que no giran se ahorre peso. Si pretendemos ahorrar cuatrocientos gramos entre el sillín, la tija, el manillar, la potencia o los mandos, me dará igual que lo ahorre en uno, en dos, en tres o en seis artículos, el caso es que llegue a esa cifra.

Cómo afecta el peso a elementos de la bici que se desplazan y giran

En este apartado nos ocuparemos de estudiar las partes de la bicicleta que además de desplazarse giran. Estas partes son: las ruedas, los pedales, las bielas y los discos de los frenos (en el caso de que la bici lleve frenos de disco).

Las que tienen mayor importancia son las ruedas, y ello es debido a que la masa que gira se encuentra a mayor distancia de su eje.

Ya hemos dicho que en el caso de que un cuerpo sea girado además de desplazado, aparece una segunda velocidad llamada velocidad angular. En este caso a la velocidad de traslación, hay que sumar esta velocidad angular. ¿Y de qué depende esta velocidad angular? Depende de la rapidez con que se complete una vuelta, y del radio que determine dicho giro. A mayor rapidez con que completemos una vuelta, más fuerza hay que imprimir, y cuanto mayor sea el radio, mayor la fuerza que deberemos ejercer.

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Si el radio es pequeño, (como en pedales, bielas o frenos de disco) la energía necesaria para moverlos es también pequeña. Podemos hacer el siguiente experimento: cambiar nuestros pedales y bielas por los más ligeros del mercado y los giramos en vacío. El resultado será inapreciable, porque la diferencia de esfuerzo será mínima. Sin embargo, si el radio es grande (las ruedas y los neumáticos) la energía necesaria para hacer girar el conjunto de rueda más neumático es más del doble que la energía para que las ruedas se desplacen.

En consecuencia, lo más rentable que puedes hacer para mejorar tu bici es ahorrar para unas ruedas ligeras y buenas, y unos buenos neumáticos.

Conclusión

Está claro que un ciclista profesional debe mirar el peso hasta en los lugares más insospechados. En el Tour de Francia 2020, la diferencia entre Tadej Pogacar y Primoz Roglic fue de 59 segundos. Respecto al tiempo total empleado, eso se corresponde con un ridículo 0,018%. Por eso, quien quiera ganar el Tour, tendrá que mirar el gramo en la bici, en la equipación o en uno mismo. Pero el que quiera disfrutar del ciclismo, amén del peso, debe valorar el equipamiento, la geometría del cuadro, o la calidad de suspensiones y ruedas. Y tampoco debe olvidar otros factores, difíciles de cuantificar porque son más subjetivos, pero que tienen gran importancia. Nos referimos a la garantía del cuadro, al servicio post venta, a la atención recibida, …

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De ahí que pensemos que el peso ha de ser tenido en cuenta; ha de moverse entre unos rangos admisibles para el tipo de bicicleta que queramos adquirir; pero de ahí a que se convierta en el primer condicionante, eso nos parece un error.

Es mucho más lógico, si queremos mejorar nuestra bici, invertir en unas buenas ruedas y neumáticos, que decidirnos por un modelo que a lo mejor no nos acaba de convencer porque pese trescientos gramos menos.

Y luego existe un factor subjetivo que tiene que ver con el disfrute. En mi caso lo tengo muy claro. Un servidor, que ya tiene una edad, cada día va más rápido por todo tipo de senderos, y eso no se debe a que hayan mejorado mis reflejos o mi capacidad física —al contrario—, se debe a la enorme mejora de las bicicletas. En la actualidad, con una doble de Down Country se va sin problemas por antiguos circuitos de enduro, y además te haces rutas tan largas como cuando tenías tu bici de rally. Ese kilo de más es el precio que debemos pagar por el enorme disfrute que han posibilitado estas maravillosas bicis.

Y si no te convencen todas estas argumentaciones, siempre podrás buscar alguna bici clásica de segunda mano en buen estado, con ruedas de 26”, cables por fuera, ejes de 5 mm, horquillas de elastómeros y frenos cantiléver. Porque, nos guste o no, la mayor complejidad y resistencia de las bicicletas actuales tiene un sobrecoste, y también necesita de más material y peso.

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